Si hay una cosa que me apasiona, y supongo que a los melómanos en general, es la sorpresa.
Cuando era adolescente, recuerdo salir cada sábado y recorrer todas las tiendas de discos de Valencia (qué tiempos aquellos con 3 Discocentros....) en mi particular liturgia (y la de la pobre Ana -gracias!- :) para buscar discos de guitarristas desconocidos con los que soñar.
De ese periódico peregrinaje salía con la asignación semanal bien esquilmada, pero he acabado con una pequeña colección de joyas e incontables horas de buena música que constituyen una de las pocas "cosas" a las que tengo apego.
Pues bien, esta mañana, la sensación se ha repetido. Escuchar una canción de alguien desconocido (o desconocido para mí) y engancharme a una melodía, a unas notas. La activación del mecanismo biológico cercano a la descarga de adrenalina, la adicción y la necesidad de compartirlo.
El genio detrás de estas y otras muchas creaciones es Ronald Jenkees, del que no os quiero contar nada más. Un personaje a descubrir.
P.D: Guitar sound? Diría que le gustará al calvo pasado a modisto.